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Dermatricia - Dermatologia Caracas y Lecheria

Patricia Patiño Guinand es médico cirujano y dermatólogo de la Universidad Central de Venezuela, con fellow de linfoma de piel de la universidad de Pittsburgh y especialización de laser y procedimientos cosméticos en Harvard Medical School.

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        /  DERMATOLOGÍA   /  Los telómeros: un factor clave para la longevidad
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      Los telómeros: un factor clave para la longevidad

      Debe entenderse la diferencia entre esperanza de vida y longevidad.
      Es cierto que hasta 1800 el promedio de vida era de 40 años y hoy en día ronda los 80,sin embargo, esto no significa que antes fuese difícil llegar a los 50, sino que la mortalidad infantil era muy elevada y la población moría por hambre, guerras o enfermedades, reduciendo la esperanza de vida.

      La longevidad, por su parte, es el límite al que el cuerpo humano podría llegar si otro obstáculo no lo impidiera. Aunque hoy en día se trata de mantenerse saludable por más tiempo.

      En el año 2009 las biólogas  Elizabeth Helen Blackburn y Carolyn Widney Greider recibieron el Premio Nobel de Medicina y Fisiología por su descripción molecular de los telómeros y la identificación del enzima telomerasa. Unas estructuras de enorme relevancia en el proceso de envejecimiento celular y en la biología del cáncer.

      Para entender mejor esta investigación, puede ayudarnos recordar cómo el material hereditario de los organismos vivos, el ADN, se dispone altamente plegado y enrollado sobre sí mismo en el interior de las células formando los cromosomas.
      Si pensamos en los cromosomas, que llevan el material genético como cordones de zapatos, los telómeros son las pequeñas puntas protectoras al final. Están hechos de secuencias cortas repetitivas de ADN envueltas en proteínas especiales.

      A lo largo de nuestra vida estos telómeros tienden a desgastarse y cuando los telómeros no pueden proteger adecuadamente a los cromosomas, las células no pueden reponerse y funcionan mal. Esto establece cambios fisiológicos en el cuerpo que aumentan los riesgos de las principales afecciones y enfermedades del envejecimiento: enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, un sistema inmunitario debilitado,etc. Sin embargo, existe una enzima llamada telomerasa que puede agregar ADN a los extremos de los cromosomas para retardar, prevenir y revertir parcialmente el acortamiento de los telómeros.

      Todos tenemos lapsos de salud (la cantidad de años que nos mantenemos saludables, activos y libres de enfermedades) y el acortamiento de nuestros telómeros contribuye al envejecimiento y a nuestra entrada del lapso de salud al lapso de enfermedad. Pero podemos hacer cosas que afectan nuestra telomerasa y telómeros, que pueden retrasar la entrada del período de salud al período de enfermedad.

      De esta forma, se habla de mantener a las personas saludables por más tiempo y evitar algunas enfermedades del envejecimiento.

      Para alargar los telómeros, o al menos evitar que se acorten, se requiere mejorar nuestro estilo de vida controlando el estrés crónico, haciendo ejercicio, comiendo mejor y durmiendo lo suficiente. De igual forma, se introdujo una nueva base biológica que es la conexión mente-cuerpo con la meditación, que se puede usar para reducir el estrés y aumentar el bienestar, teniendo efectos saludables y útiles, documentados en parte a través de los telómeros.

      En cuanto a la actividad física, no se necesita ejercicio extremo, las personas que hacen ejercicio aeróbico moderado (alrededor de tres veces por semana durante 45 minutos) tienen telómeros casi tan largos como los corredores de maratón.
      Un estudio reveló que cuánto más variada la rutina de ejercicio, más largos eran sus telómeros..

      Más allá de una dieta equilibrada, tener una cantidad adecuada de ácidos grasos omega-3 y vitamina D realmente parece relacionarse con un mejor mantenimiento de los telómeros y la forma más fácil de garantizar es que sea un suplemento.

      Otro de los factores clave que no debemos olvidar, según Blackburn, son las relaciones personales y sociales que mantenemos a lo largo de los años: existe una tendencia de telómeros más cortos y menos cantidad entre relaciones que producen estrés.

      Cuando hablamos de longevidad, tenemos que recordar que genéticamente estamos programados para vivir cierto tiempo. Los centenarios no pasan de 110 años, 120 como mucho. No existe evidencia que en pocas décadas nuestros genes vayan a experimentar grandes cambios, pero lo que sí sabemos es cómo maximizar esa potencialidad: se trata de aprovechar todos esos instrumentos: dieta, ejercicio, meditación, suplementación, relaciones personales y sueño, teniendo a nuestro alcance algunas de las principales claves para ser capaces de prolongar nuestra vida, si así lo deseamos.